Todas las emociones tienen una parte física. Podemos tener lágrimas cuando estamos tristes y respirar más rápido cuando tenemos miedo. «Soma» es la palabra griega para cuerpo. «Somatización» es la palabra que usamos para la expresión física (o corporal) del estrés y algunas emociones, es el término médico para la conexión mente-cuerpo. Todos nos somatizamos. De hecho, hasta el 12% de las consultas médicas son para los síntomas afectados por la somatización. Los síntomas somáticos son muy reales. Todos experimentamos la somatización, pero, para algunas personas, se interpone en el camino de la vida cotidiana y requiere tratamiento.

Hay algunas formas en que puede comenzar la somatización. Puede ocurrir solo o como parte de una condición médica. Las emociones y el estrés pueden causar los síntomas físicos. Por ejemplo, Sara es una adolescente de alto rendimiento y responsable que tiene un grupo pequeño y cercano de amigos. Hace poco comenzó la escuela intermedia y fue asignada a una clase enriquecida para estudiantes con fuertes habilidades académicas. En octubre, Sara comenzó a tener episodios de desmayos; ella se desplomaría en su escritorio o caería al suelo. Estos episodios ocurrieron hasta veinte veces al día. No se encontró ninguna causa médica.

Las emociones y el estrés pueden hacer que los síntomas de una condición médica sean más fuertes o más intensos. Por ejemplo, a Leo le diagnosticaron colitis ulcerosa, una enfermedad inflamatoria intestinal, hace varios años. Ha tenido muchos tratamientos en el hospital y actualmente su desorden está bien controlado. Leo y sus padres notan que cuando experimenta ansiedad o estrés, por ejemplo, teniendo una pelea con sus padres o trabajando en un gran proyecto escolar, sus síntomas gastrointestinales empeoran.

Y a veces, una enfermedad médica puede causar ansiedad y angustia, lo que luego conduce a síntomas somáticos. Por ejemplo, Ralf es un adolescente atlético que juega fútbol competitivo y espera estar en un equipo universitario en el futuro. Durante la temporada de fútbol, ​​Ralf sufrió una conmoción cerebral. Como resultado, tuvo dolores de cabeza, problemas para concentrarse, cansancio y sensibilidad a la luz. Se perdió un mes de la escuela y jugó al fútbol con su equipo. Los síntomas desaparecieron, pero durante las vacaciones de primavera, sus dolores de cabeza regresaron. Ralf no pudo volver a unirse al equipo a tiempo para los play-offs de final de temporada.

Estas conexiones entre las emociones y los síntomas físicos son la conexión mente-cuerpo.

Conexión mente-cuerpo explicada

La respuesta de lucha, huida o congelación es un gran ejemplo de la conexión mente-cuerpo. Cuando sentimos que estamos en peligro, se desencadena una respuesta física muy poderosa. Esto puede suceder cuando nos sentimos asustados y hay un gran peligro presente. También puede suceder cuando nos sentimos asustados o estresados ​​y el «peligro» no es potencialmente mortal.

El sistema nervioso tiene dos partes principales:

• el sistema simpático
• el sistema parasimpático

Estos dos sistemas siempre están actuando en equilibrio. El sistema nervioso simpático es como un acelerador en un automóvil: le dice a su cuerpo que se ponga en marcha. El sistema nervioso parasimpático, por otro lado, es como los frenos de un automóvil: le dice al cuerpo que se calme. La respuesta de lucha, huida o congelación es el sistema nervioso simpático que hace sonar la alarma.

La respuesta de lucha, huida o congelación del cuerpo comienza con sus oídos, ojos y nariz detectando una señal de peligro. Tu cerebro da sentido a esa información entrante y decide qué hacer. Luego, su cerebro envía señales a su cuerpo, utilizando señales eléctricas y químicas. Estas señales le dicen a su cuerpo que se mantenga alerta y esté listo para actuar rápidamente. Por ejemplo, su corazón late más rápido, sus músculos se tensan, sus pupilas se dilatan y su estómago se desacelera para prepararse para la acción. Esto te ayuda a sobrevivir al peligro luchando o escapando (vuelo). Todas estas reacciones físicas ocurren rápidamente y sin que usted lo sepa. Más tarde, cuando desaparece el peligro, su sistema parasimpático se activa y le dice a su cuerpo que se calme.

Es importante recordar que estos síntomas físicos de «lucha o huida» no son peligrosos, pero pueden ser muy poderosos.

Diagnósticos

Hay dos tipos principales de trastornos afectados por el desorden de  psicosomatización:

1. Trastorno de síntomas somáticos. Los niños y jóvenes con este trastorno pueden tener síntomas corporales como:
   • dolor en el abdomen (vientre)
   • dolor de cabeza
   • fatiga
   • náusea
   • dolor crónico
2. Trastorno de conversión (trastorno de síntomas neurológicos funcionales). Los niños y jóvenes con este trastorno pueden tener síntomas neurológicos como:
   • debilidad o parálisis
   • mareos o desmayos
   • Movimientos anormales (que pueden verse como ataques epilépticos)
   • problemas con el habla
   • hormigueo o entumecimiento
   • pérdida de memoria

A menudo, las personas no encajan en uno de estos trastornos, pero sus síntomas físicos todavía están relacionados con la somatización. Esto significa que pueden tener una enfermedad médica como las migrañas, pero el estrés y ciertas emociones hacen que los síntomas físicos sean más intensos o que ocurran con más frecuencia. Entonces, a veces decimos que la somatización es una parte o componente de la condición médica. O que un niño tenga una conexión fuerte entre la mente y el cuerpo junto con sus síntomas físicos.

Puede ser difícil para los padres y las familias escuchar que el síntoma físico de su hijo o joven está relacionado con las somatizaciónes. Es posible que se preocupen de que los proveedores de atención médica piensen «todo está en la cabeza del niño», que el niño está «fingiendo» o que «no hay nada que podamos hacer». Pueden sentirse solos, frustrados y mal entendidos.

Es importante que un médico revise cualquier síntoma físico nuevo para detectar una lesión, infección, daño tisular o inflamación. Pero, cuando el síntoma está relacionado con la psicosomatización, también es importante comenzar los tratamiento somatizacion. Esto puede evitar pruebas o tratamientos innecesarios que pueden causar efectos secundarios y problemas.

Llamamos a esto «caminar dos caminos» para seguir un camino de tratamiento de conexión mente-cuerpo y para continuar un camino médico según sea necesario.

Existen tratamientos muy buenos y efectivos para este trastorno psicosomatico. Los tratamientos no son los mismos para todos. El mejor tratamiento consiste en un equipo que comprenda el impacto emocional y físico de los síntomas de la persona.  Nuestros psicologos en Madrid Centro y online pueden ayudarte si lo necesitas!

Los miembros del equipo pueden incluir:

• Médicos de familia, pediatras u otros especialistas médicos.
• Terapeutas, psicólogos o consejeros.
• psiquiatras
• enfermeras
• fisioterapeutas
• terapeutas ocupacionales
• Trabajadores sociales
• dietistas
• Proveedores de medicina complementaria e integradora (masajistas, acupunturistas).

Por lo general, cada miembro del equipo proporciona una parte diferente del tratamiento. La cantidad de tiempo que cada miembro pasa con el niño o joven dependerá de la etapa y el enfoque del tratamiento. El equipo trabaja junto con el niño y la familia para decidir qué tratamiento debe proporcionar el miembro del equipo en el momento adecuado.

El tratamiento tiene muchos objetivos y puede incluir:

• estrategias mente-cuerpo
• medicación
• terapia y asesoramiento
• fisioterapia y rehabilitación

El tratamiento ayuda al niño o joven a aprender a controlar sus síntomas físicos y a recuperar el bienestar. Los niños aprenden a reconocer qué les causa estrés, cómo reacciona su cuerpo y cómo manejarlo. Las familias pueden aprender cómo prevenirla que interrumpa la vida. El equipo también trabaja con el niño y la familia para ayudar con cosas como volver a la escuela y las actividades y conectarse con los amigos tanto como sea posible.

¿Cómo curar trastorno de somatización?

Para empezar, debemos saber que es este tipo de trastorno y porque es tan peligroso. Debemos distinguir lo que es una dramatización a lo que es una enfermedad, real. Es decir, es muy común el escuchar “cuanto me duele la cabeza” o “Este dolor de espalda me está matando”.

Eso, muchas veces puede ser una exageración porque no queremos hacer alguna tarea o no queremos trabajar en ese momento. Pero cuando hablamos de la somatización, es un caso real de querer magnificar la gravedad de una enfermedad, aunque esta no exista.

El malestar en el que solemos apoyarnos es muy genérico, como puede ser dolores de cabeza, espalda o articulaciones, hasta dolor en el pecho o problemas gastrointestinales. Todo esto se puede agravar si lo interiorizamos.

Las causas que provocan la somatización son muy variadas, puede ser desde sentir ansiedad o depresión, hasta tener una enfermedad y querer exagerarla a tal punto que casi parezca que esa persona va a morirse.

Incluso, puede ser que la persona tenga en la familia antecedentes de enfermedades importantes o que haya pasado sucesos muy traumantes. Todo esto, puede disparar este trastorno y agravarlo hasta el punto que nuestra mente puede hacer que sea real.

• La mejor medicina y como se curan las somatizaciones, es ponerse en manos de expertos. Nuestros psicólogos te ayudarán a encontrar la raíz del problema y a poder combatirla para llegar a la tranquilidad del paciente.
• Cambiar los hábitos también es muy bueno, salir, hacer ejercicio, el contactar con otras personas y tener una dieta equilibrada puede ayudarnos a pasar por estos malos momentos.
• Debemos de activarnos, no dejarnos llevar por este malestar que puede existir o no, dejar los malos pensamientos a un lado y centrarnos en las cosas positivas de la vida.

Pero cuando no hay evidencias médicas de su existencia, puede ser desde dramatismo hasta un problema psicológico real y al final, todo esto se transmite al cuerpo haciendo que estemos con malestar general.

¿Se mejoran los niños con estos trastornos?

¡Sí! Muchos de los síntomas causados desaparecen por sí solos. Si estos síntomas duran más de unas pocas semanas o meses, es posible que necesiten un tratamiento psicologico algo más activo. Con tratamiento, algunos niños están libres de síntomas. Otros pueden continuar teniendo síntomas por algún tiempo, pero podrán funcionar mejor en la vida diaria. Muchos jóvenes dicen que este viaje les ayudó a aprender mucho sobre sí mismos y desarrollar estrategias y herramientas de afrontamiento adecuadas para la vida.