¿Qué es la depresión blanca o el blues de navidad?

Se describe como un estado de ánimo negativo que se desencadena antes estímulos externos relacionados con la navidad. Estos estímulos pueden ser canciones relacionadas a la navidad, adornos, reuniones familiares, entre otros. Se conoce también como la depresión blanca o depresión navideña (Ladd, 2017).

Es un estado de ánimo, no un trastorno psicológico, es por eso que aparece en fechas específicas y no de forma persistente o duradera, sin embargo afecta significativamente el desenvolvimiento normal de la persona, pues presenta una visión negativa de la realidad.

De acuerdo a la Organización Mundial para la Salud los episodios depresivos aumentan en la época navideña en un 40%. Afecta a todas las personas sin distinción de edad o sexo.

Algunos autores lo definen como “depresión incompleta” ya que pueden existir síntomas propios de un cuadro depresivo pero su carácter temporal lo excluye de la clasificación como un trastorno por depresión, pues para ser diagnosticado con depresión los síntomas deben permanecer por más de 3 meses aproximadamente (Ladd, 2017).

Síntomas de la depresión blanca

Normalmente estas personas presentan síntomas similares a los que se observan en el trastorno de depresión, ya que es una entidad clínica que guarda gran similitud con la depresión verdadera (Ladd, 2017).

Estas personas tienden a prestar mucha atención a la publicidad relacionada con la navidad, donde el mensaje transmitido es de felicidad o unión familiar, ante esto las personas tienden a compararse con otras familias y al notar que su realidad es diferente se puede desencadenar toda una serie de malestares, que pueden ser:

• Sentimientos de nostalgia
• Desinterés
• Disminución de la actividad física
• Mal humor
• Irritabilidad
• Elevados niveles de tensión
• Insomnio
• Ideación suicida
• Falta de apetito
• Entre otros

Causas de la depresión blanca

El invierno y la navidad están asociados a ideas de paz, unión familiar, regalos, fiestas y alegría, cuando esta época no es vivida de esta manera, se pueden generar sentimientos de fracaso e infelicidad.

Este estado de ánimo se ve influido por situaciones negativas a problemáticas que la persona relaciona con las fechas decembrinas, estas pueden ser: perdida de un ser querido, estar lejos de los familiares, la soledad, la añoranza de tiempos pasados o una situación económica precarias (Ladd, 2017).

Por otra parte, se ha observado que los niveles de serotonina disminuyen significativamente en los meses de invierno, la explicación que ellos dan a este fenómeno es que a menos horas de luz, menor será la producción de serotonina, un neurotransmisor encargado de la regulación del estado de ánimo, en consecuencia se observa un humor negativo y menos energía.

Asimismo el desarrollo de este trastorno se ve impulsado por las características personales de cada individuo, y podría también influir la cultura y la importancia que le otorgan a esas fechas de festividad de acuerdo a sus creencias o religión.

Tratamiento  psicológico para la de la depresión blanca

El acompañamiento psicológico en cualquier circunstancia problemática del día a día resulta ser fundamental para la adquisición de herramientas que permitan a las personas afectadas afrontar la situación problemática de una forma adecuada. De acuerdo a las características de la depresión navideña o blues de navidad la terapia psicológica cognitivo-conductual es la que ha brindado mejores resultados en el tratamiento de estos casos.  Este enfoque ayuda a las personas a identificar y modificar todas las manifestaciones cognitivas, fisiológicas y conductuales disfuncionales que le afecten su funcionamiento normal  (Rimm y Master, 1990). Entre las tecinas más utilizadas están:

Reestructuración cognitiva: Es de notar que el área mayormente afectada en este síndrome es la parte cognitiva, es decir a nivel de los pensamientos, pues se observan creencias erróneas o negativas en relación a la navidad. Mediante esta técnica se puede orientar a la persona en la identificación de este tipo de pensamientos y posteriormente modificarlos por otros funcionales que le permitan adaptarse a estas fechas de una forma acorde (Castillo y Cols, 2012).

Entrenar la respiración: Esta técnica puede funcionar como control de las emociones, especialmente de aquellas que implican elevados niveles de tensión. Mediante la respiración la persona puede aprender a tener el control sobre su cuerpo logrando un equilibrio fisiológico de forma natural. Esta estrategia también puede ir acompañada de la relajación de los músculos, sin embargo por si sola puede funcionar perfectamente (Rimm y Master, 1990).

Autocontrol: Teniendo en cuenta que este estado emocional provoca una alteración del comportamiento, es preciso entrenar a la persona en autocontrol con la idea que aprenda a regular su conducta, pensamientos y emociones en situaciones que le generen desagrado (Castillo y Cols, 2012).

Psicoeducación: Normalmente no se cuenta con una información confiable sobre los problemas psicológicos o emocionales, lo cual la mayoría de las veces desencadena sentimientos de frustración tanto en la persona afectada como en los familiares. Con esta técnica se puede lograr la integración familiar basada en el conocimiento del problema que presenta el paciente, y de esa manera la relación familiar se torna más agradable  (Rimm y Master, 1990).