La Asociación Profesional Americana define el Abuso Infantil como «un patrón repetido o un incidente extremo de rechazo, aterrorizar, aislamiento, explotación/corrupción, ignorar o negligencia hacia la salud mental, médica o educativa del niño (Arruabarrena, 2011)

El abuso físico en niños puede definirse como actos de disciplina inadecuada que pueden producir dolor, daño, deterioro o enfermedad. Estos pueden ser: empujar, golpear, abofetear o pellizcar, forzar la alimentación o abuso sexual por parte de padres o cuidadores principales (Arellano, Garreta y Cervera, s.f.)

Por su parte, el abuso psicológico consiste en actos no accidentales, verbales o simbólicos, realizados por un progenitor o cuidador principal que provocan o generan daños psicológicos. Esta dentro de la clasificación del DSM-IV como maltrato emocional causante de ciertas patologías menores (Sauceda y Maldonado, 2016).

Esta conducta al ser practicada por padres o responsables de los niños presenta una mayor dificultad para su identificación, evaluación y abordaje, ya que se ha normalizado, y tanto los niños como los padres lo consideran natural o no observan riesgo alguno en ella.

Para que esta conducta sea considerada un abuso contra el infante deber ser recurrente, persistente, duradera y que, por ende, afecte el desarrollo psicosocial del niño (Sauceda y Maldonado, 2016).

CAUSAS DEL ABUSO VERBAL Y FÍSICO EN NIÑOS

Las razones por las que el abuso físico y verbal esté presente en un núcleo familiar pueden ser diversas, pero por lo general se debe a (Brassard y Donovan, 2006 c.p Arruabarrena, 2011):

  • La minimización de su importancia dada su elevada frecuencia
  • Padres provenientes de familias con el mismo estilo de crianza o
  • La consideración de que un cierto grado de agresión verbal o física en la familia es normal y esperable cuando el niño se porta “mal”
  • La desintegración familiar
  • La violencia entre los padres
  • Nivel educativo de los cuidadores principales por lo general
  • Entre otros

En muchos casos, el ambiente o la cultura y la clase social de cada familia resultar ser un factor desencadenante del maltrato hacia los niños, ya que se considera “normal” el hecho de recurrir a ciertas medidas agresivas como disciplina, siendo estas en su mayoría calificadas de inaceptables o inadecuadas porque vulneran los derechos de los niños (Sauceda y Maldonado, 2016). Es decir, el maltrato infantil es un problema multicausal.

CONSECUENCIAS ABUSO VERBAL Y FÍSICO EN NIÑOS

El abuso físico y psicológico impide el establecimiento de vínculos afectivos seguros y estables entre padres e hijos, y la satisfacción de las necesidades emocionales básicas del niño para asegurar su bienestar y permitirle un desarrollo sano (Sauceda y Maldonado, 2016; Ulloa y Navarro, 2011).

Esta forma de abuso también puede obstaculizar el desarrollo de las necesidades emocionales básicas del infante, incluyendo la de ser aceptado y bien tratado. Estudios demuestran que existe una mayor frecuencia de trastornos afectivos, ansiosos y conductuales en personas que han sido víctima de maltrato o abuso infantil (Sauceda y Maldonado, 2016; Ulloa y Navarro, 2011).

Estos niños crecen considerando la violencia como parte de la vida, es por ello que este comportamiento se torna «aceptable» y el ciclo del abuso continúa cuando ellos se transforman en padres que abusan de sus hijos y estos de los suyos, continuando así el ciclo vicioso por generaciones” (Cirrillo Stefani, 1991 c.p. Diaz y Cols, 2015).

En la edad escolar puede afectar el desarrollo del proceso de aprendizaje, pues se muestran distraídos, con bajo rendimiento académico, desafiantes, no se ajustan a las normas de la escuela, entre otras (Sauceda y Maldonado, 2016; Ulloa y Navarro, 2011).

Puede además estar relacionado con el desarrollo de trastornos como: Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), Trastorno bipolar, problemas con el uso de sustancias como drogas o alcohol, entre otros. Sin embargo, es importante tener presente que las consecuencias del abuso físico o psicológico varía según el contexto en que se producen y la etapa del desarrollo del infante (Sauceda y Maldonado, 2016; Ulloa y Navarro, 2011).

TRATAMIENTO PARA TRAUMAS POR ABUSO VERBAL Y FÍSICO EN NIÑOS

 

El acompañamiento psicológico puede contribuir positivamente con el cambio conductual por parte de los padres, modificando este por uno más funcional y el desarrollo psicosocial del niño adecuado.

El abordaje debe realizarse tanto en los padres como en los niños maltratados. Normalmente la terapia cognitivo conductual suele ser adecuada para estos casos principalmente porque existe una serie de pensamientos distorsionados en cuanto a la disciplina o el estilo de crianza adecuado, estas personas creen que la violencia es la solución ante un comportamiento no deseado del niño. Este enfoque permite identificar y modificar las manifestaciones conductuales, fisiológicas y cognitivas negativas de esta conducta.

Entre las técnicas se pueden utilizar:

  • Psicoeducacion: Esta técnica permite proporcionar información adecuada respecto al problema que presenta la familia. Se le informa el origen y mantenimiento de la conducta inadecuada que presenta y de las consecuencias psicológicas de la misma. Esta información puede ir acompañada de los modelos de crianza y su efectividad. De manera que los padres comprendan que el castigo físico o abuso físico y verbal no es la solución ante una situación indeseada en los niños.
  • Restructuración cognitiva: Una de las principales características de este trastorno es la presencia de pensamiento distorsionados respecto a los modelos de crianza, es decir, estas personas normalmente piensan que el maltrato físico o verbal no genera consecuencias negativas, sino que en su lugar los niños a aprenden “portarse bien”. Mientras que en los niños prevalecen pensamientos como “yo merezco ese castigo” “Lo hacen por mi bien” “a los que hacen algo mal se les debe pegar” entre otros pensamientos igualmente distorsionados. En ese sentido con esta técnica se pretende modificar esas creencias erróneas modificándolas por otras más funcionales.
  • Comunicación asertiva: Teniendo en cuenta que la atención psicológica será tanto para los padres como para los niños afectados, se entrenará para que ambos puedan

 

expresar de manera respetuosa y acorde sus sentimientos, emociones, situaciones que les disgustan, entre otros. De manera que el niño y los padres comprendan que la comunicación puede ayudarles a disminuir la violencia en el hogar.

violencia verbal contra niños

Somos psicólogos españoles expertos en tratamientos de traumas en niños por abuso verbal y físico.

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