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Trastorno del espectro autista

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo o de desarrollo del cerebro que repercute principalmente en la socialización, la interacción social, la comunicación y el lenguaje de la persona.

Por lo general aparece en la infancia temprana (10 y 24 meses de edad) y tiende a persistir hasta la edad adulta.

De acuerdo al DSM-IV este trastorno incluye 5 categorías: Trastorno autista o síndrome de Kanner, Trastorno de Asperger, Trastorno de Rett, Trastorno desintegrativo infantil o síndrome de Heller y Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Síntomas del autismo

Aunque por mucho tiempo se consideró que el diagnostico de este trastorno se debía realizar luego de los 3 años, actualmente estudios han demostrado que antes de los 10 meses el infante ya muestra síntomas relacionados a esta condición, como: evitación de miradas, poca fijación ocular con la madre o padre, ausencia de expresión emocional y poca iniciativa social.

Otros síntomas pueden ser la falta de balbuceo y rabietas frecuentes. Durante el primer año los comportamientos más característicos pueden ser: no responder a su nombre y no mirar a la cara o hacerlo algunas veces. Progresivamente puede aparecer  ausencia de interés por compartir experiencias, la incapacidad para prestar atención, ausencia del juego simbólico, falta de intención comunicativa, entre otros.

Una particularidad de las personas diagnosticadas con este trastorno es que necesitan tener una rutina diaria, es decir presentan un comportamiento rutinario, cuando algo en el día a día está fuera de lo común se sienten abrumados, pudiendo desencadenar conductas agresivas hacia demás personas o hacia ellos mismos.

Además pueden presentar estereotipias o conductas anormales que repiten de forma sistemática sin ningún fin, como: aletear, dar vueltas, balancearse o girar. También suelen mostrar ecolalias, hipo e hipersensibilidad, es decir que son muy sensibles al ruido, al tacto y el roce.

En ocasiones este diagnóstico suele presentarse conjuntamente con discapacidad intelectual, dificultades en el lenguaje, trastornos psiquiátricos y de comportamiento, alteraciones en el sueño y alimentación. De ahí la importancia de realizar un diagnóstico preciso con un equipo multidisciplinar que incluya, terapeuta de lenguaje, psicólogos, terapeuta ocupacional, neurólogos.

 

Síntomas de El Trastorno desintegrativo infantil o síndrome de Heller

La característica principal de este tipo de autismo es que al alrededor de los dos años de edad cuando el infante ya tiene habilidades motoras y de lenguaje medianamente desarrolladas, se observa una marcada regresión de habilidades previamente adquiridas  como el lenguaje, motricidad fina y habilidades sociales. Puede observarse pérdida de esfínteres, juego simbólico y otros.

Presentan dificultad motora y de coordinación importante, por ejemplo si él niño pateaba la pelota ahora le resulta muy difícil hacerlo. Pierde la capacidad para comprender instrucciones simples. Es decir una marcada desintegración de las habilidades que se habían desarrollado dentro de un periodo evolutivo normal.

Causas del autismo:

El origen de este trastorno tienen una base genética demostrada, se ha encontrado que Asimismo se consideran como factores de riesgo: la edad de los padres, el bajo peso al nacer y la escasa edad gestacional, la edad avanzada de la madre, estado nutricional durante el embarazo y exposiciones tóxicas, es decir que es una combinación de múltiples factores, entre ellos biológicos y ambientales (Lazaro y Cols, 2009).

Mitos sobre el Autismo

‘‘Los niños con autismo son muy inteligentes”

No necesariamente, si bien estas personas suelen mostrar ciertas habilidades en música o matemáticas igual que persona sin autismo, no siempre es así.

“Los niños con autismo no te miran nunca a los ojos”

Normalmente se cree que estos niños tienen una escasa fijación ocular, pero si logran hacer el contacto visual incluso mostrar sonrisa social.

“Es muy inteligente para tener autismo”

Si bien estas personas suelen mostrar una habilidad para memorizar, explicar minuciosamente ciertas cosas de su interés, encontrar errores que otra persona no ha identificado, muestran una dificultad para la comprensión del lenguaje, específicamente el lenguaje irónico, las bromas, el sarcasmo.

“El autismo no se cura”

Es verdad, esta condición acompaña a la persona toda la vida, sin embargo el trabajo de los psicólogos, psicopedagogos, terapistas ocupacionales, terapeutas del lenguaje, entre otros profesionales es aplicar cada una de las herramientas adecuadas para mejorar la calidad de vida de las personas. Con la orientación profesional pueden llegar a ser personas medianamente funcionales a nivel académico, laboral y familiar.

“Las vacunas son culpables de que mi hijo tenga autismo”

Es falso, existe el autismo regresivo, es decir que el infante puede mostrar un desarrollo evolutivo aparentemente normal y de repente presenta una marcha hacia atrás, por ejemplo niños con un lenguaje medianamente desarrollado dejan de hablar sin razón aparente. Las vacunas no se relacionan con este trastorno.

Tratamiento para el autismo:

La detención precoz es de vital importancia para el futuro de la persona, pues con la aplicación de un tratamiento adecuado antes de los 3 años de edad se puede mejorar el pronóstico de la enfermedad. Existen múltiples modalidades de tratamiento para los trastornos del espectro autista, sin embargo el enfoque cognitivo conductual con la modalidad ABA ha mostrado una eficacia importante en el manejo de estos casos.

El modelo ABA hacer referencia a el curso que sigue el tratamiento psicológico. A hace referencia a la aplicación de tratamiento, B hace referencia a la ausencia de tratamiento y A se refiere a la fase de seguimiento. Dentro de las técnicas a emplear están:

• Psicoeducación: El objetivo principal de esta técnica es orientar a los padres o cuidadores principales y el contexto próximo de los niños con este trastorno con el fin que comprendan todas las manifestaciones cognitivas, conductuales y fisiológicas de los niños con esta condición y no interpreten como una conducta desafiante o berrinche, sino como una limitación o dificultad debido a la condición que presenta.
• Comunicación asertiva: El objetivo de esta técnica es orientar a los padres y a la persona afectada, con el objetivo de desarrollar un lenguaje acorde a la capacidad del infante, de manera que pueda existir una comunicación acorde y mejore la calidad de vida tanto de los padres o cuidadores principales y del niño. En otras palabras, promover el desarrollo de competencias de comunicación.
• Relajación: Esta estrategia puede funcionar para manejar las manifestaciones conductuales como rabietas o berrinches repetitivos en el infante. De igual forma se puede adaptar la estrategia para los padres o responsables de los niños ya que por lo generar se ven afectados por no saber cómo actuar ante la situación, trayendo como consecuencia el desarrollo de trastornos como ansiedad o depresión.
• Restructuración cognitiva: Esta técnica esta principalmente orientada para identificar pensamientos distorsionados y posteriormente modificarlos, dichos pensamientos muchas veces pueden contribuir con una errónea interpretación de la situación. En el caso del autismo, los padres muchas veces tienen sentimientos de culpabilidad por la condición del niño, piensan que tal trastorno no tiene solución, o que la situación los sobrepasa y no pueden sobrellevarla. En ese sentido esta técnica promueve el desarrollo de nuevos pensamientos más funcionales que contribuyan con una mejor adaptación a la situación y por ende el desarrollo de una mejor calidad de vida.
• Entrenamiento en habilidades sociales:

Tratamiento médico

La medicación debe ser aplicada por profesionales en el área cuando la terapia psicológica no muestra avances significativos. Entre los fármacos utilizados está la risperidona, la cual es utilizada para disminuir la hiperactividad, la agresión y los comportamientos repetitivos (Palacio, 2007).