Tricotilomania

Aproximadamente un 4% de los adultos sufre tricotilomantía, mientras que en el caso de los niños en edad escolar lo sufren entre el 1 y el 2%. Es común que, al generar unos síntomas tan notables y obvios, los afectados busquen disimular u ocultar en la medida de lo posible el problema a su entorno.

Suele comenzar en la primera infancia (entre los 3-6 años) y en la preadolescencia. Normalmente, suelen tener un mejor pronóstico cuando se comienza a tratar en la infancia, aunque ello no significa que la tricolilomania vaya a alargarse permanentemente en el tiempo.

Y es que la tricotilomania puede ser un problema temporal, aunque no siempre es así. En la edad adulta se dan temporadas en las que el paciente no se tira del pelo, lo cual no quiere decir que no vuelva a resurgir nuevamente el trastorno más adelante y que el problema se haya resuelto.

Las personas que están afectadas por la tricolilomania pueden arrancarse el pelo de cualquier zona corporal, pero por norma general los afectados tienen tendencia a arrancarse principalmente el pelo de la cabeza, aunque también pueden tirar del pelo de otras zonas como las pestañas, las cejas, las axilas, el pubis, la barba en los hombres, el pelo del pecho, entre otras zonas.

Arrancarse el pelo de la cabeza y el cuerpo de manera compulsiva, inevitable y continuada puede acarrear numerosos problemas asociados a todas aquellas personas que padecen este trastorno de la conducta.

Resulta muy habitual que, en las primeras fases de la tricolilomania, el afectado suele intentar esconder el problema ante los demás por miedo a las críticas, pero cuando el problema se hace obvio tienden a aislarse de sus conocidos, amigos e incluso de sus familiares.

La tricolilomania es un trastorno que no afecta única y exclusivamente al aspecto físico de la persona, sino que tiene muchas otras consecuencias negativas sobre el paciente afectado por esta patología, consecuencias que suelen repercutir a nivel emocional y social. Entre los efectos negativos más comunes pueden destacarse principalmente los siguientes:

Baja autoestima: Quienes sufren este problema suelen contar con una baja autoestima, pero al generarse la pérdida excesiva de pelo en el cuero cabelludo y de otras regiones, ello genera aún más baja autoestima. Es decir, que es el pez que se muerde la cola.

Problemas en el ámbito sexual: La pérdida de pelo y vello corporal debido a este trastorno genera que estas personas se sientan mucho menos atractivas, afectando en sus relaciones íntimas de pareja, ya que su deseo sexual se ve drásticamente reducido.

Sentimientos de culpabilidad: Aunque no sean capaces de poder controlar la situación y sigan arrancándose el pelo, sí que es cierto que estas personas tienen importantes sentimientos de culpabilidad por tirarse del pelo y perder por su hábito compulsivo.

Afectación de las relaciones sociales: Cuando se sufre este problema es común que la persona vea afectada su vida social con motivo de la situación que se está viviendo y de los síntomas que genera este trastorno. Al no sentirse cómodos con los demás y temer que pensarán de uno mismo, es común desaparecer y aislarse por completo.

El tratamiento de la tricolilomania puede seguir principalmente dos vías: el tratamiento farmacológico y el tratamiento por psicoterapia.

Tratamiento con psicoterapias avanzadas y eficacia

La terapia cognitivo conductual ha demostrado ser muy efectiva para poder tratar a las personas afectadas por este trastorno de la conducta. Con este tratamiento los pacientes aprenderán tanto a identificar como a manejar sus síntomas, haciendo uso de estrategias que les permitan mejorar su calidad de vida y afrontar el problema adecuadamente.

También el EMDR, Neurofeedback y Brainspoting han demostrado ser muy eficaces reduciendo el tiempo de tratamiento a menos de la mitad y dando solución a casos que no se solucionan solo con la terapia cognitivo conductual.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico suele ser utilizado principalmente en aquellos casos más graves, aunque si que es cierto que lo ideal para alcanzar el éxito en el tratamiento es poder combinar ambos tratamientos (psicoterapia y farmacológico), ya que de este modo se ha demostrado conseguir unos resultados mucho más efectivos. Si se hace uso única y exclusivamente del tratamiento farmacológico ha quedado demostrado que los resultados no son los esperados.