Los trastornos del control de impulsos son una clase de desórdenes psicológicos caracterizados por la incapacidad para resistir una tentación o bien un deseo. Asimismo manifiestan inconvenientes para anular conductas beligerantes. Esta impulsividad puede ser perjudicial para uno mismo o bien para el resto, y provocar algo más que unos nervios en el estómago.

La persona que sufre un inconveniente de auto-control no es capaz de resistir una tentación, impulso o bien deseo, similar a cuando hablamos de los mentirosos compulsivos. Asimismo se aprecia una tendencia a la busca de gratificación inmediata, a cargo de las metas a largo plazo; ya que esa persona no piensa en las consecuencias de sus actos en el presente.

Inconvenientes de la carencia de control de impulsos

El inconveniente del trastorno de control de impulsos es que una vez efectuada la acción impetuosa la persona se siente liberada y logra una sensación de bienestar. En ocasiones, estas reacciones no impiden que más tarde las personas tengan algún sentimiento de culpa o bien de arrepentimiento.

En ciertas ocasiones, los comportamientos adictivos tienen gran parte de componentes impetuoso y no siempre y en todo momento se debe a la “dependencia de…” si no que asimismo puede ser debido a ese descontrol de impulsos.

Los trastornos clasificados como del control de los impulsos; trastorno explosivo intermitente, ludopatía, cleptomanía, piromanía, juego patológico, tricotilomanía, compras apremiantes, rasgado apremiante y onicofagia, son un conjunto heterogéneo de entidades clínicas reconocidas por los psicólogos, la mayor parte de ellas poco prevalentes.

No obstante generan esenciales disfunciones personales y sociales y presentan gran comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos. En el tratamiento farmacológico se han empleado medicamentos antipsicóticos, antidepresivos sin receta o con receta, agonistas serotoninérgicos, naltrexona, betabloqueantes antiandrógenos, litio y antiepilépticos. Hoy día existe creciente interés sobre el empleo de los antiepilépticos, en tanto que se ha descrito la posible utilidad en estos trastornos, no obstante en ciertos casos solo se conoce parcialmente las acciones neurobiológicas.

Síntomas de estos trastornos

Debido a la enorme cantidad y diversidad de perturbaciones del comportamiento que abarcan los trastornos del control de impulsos, existen una infinidad de síntomas y tratamientos, como los ansiolíticos naturales. Y estos cambiarán dependiendo del género de afectación que padezca la persona.

Esta sintomatología se puede dividir en síntomas físicos, conductuales, cognitivos y psicosociales.

Síntomas físicos:

  • Marcas como cardenales, magulles o bien magulladuras
  • Cicatrices de quemaduras consecuencia de probar con el fuego
  • Síntomas conductuales
  • Episodios de furia explosiva
  • Comportamiento furioso en frente de cualquier persona, animal o bien objeto
  • Conductas de hurto
  • Patrañas
  • Probar continuamente con fuego o bien producir incendios
  • Síntomas cognitivos
  • Falta de control de impulsos
  • Falta de concentración
  • Ideas intrusivas
  • Esquemas de pensamiento obsesivos
  • Esquemas de pensamiento apremiantes
  • Síntomas psicosociales
  • Inquietud
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Carácter irritable o bien beligerante
  • Poca autoestima
  • Aislamiento y soledad
  • Desapego emocional

    La psicología actual ha desarrollado multitud de técnicas y estrategias para elevar nuestra capacidad de control sobre nuestros impulsos.

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