¿Qué es una enfermedad somática?

Las enfermedades psicosomáticas son aquellas que provocan en nuestro organismo síntomas físicos cuyas causas derivan de procesos emocionales como pueden ser la ansiedad, el estrés o la depresión. Estas enfermedades son meramente el claro reflejo del desequilibrio existente entre el cuerpo y la mente del paciente.

El estrés, la ansiedad o la depresión son situaciones que provocan en nuestro organismo un aumento de los corticoides, los cuales son responsables de que se reduzcan las defensas del organismo ante posibles agentes externos que intenten atacarnos, provocando que nuestro cuerpo quede mucho más vulnerable.

 Listado de enfermedades somáticas más frecuentes 

A continuación encontrarás un listado que recoge las principales enfermedades psicosomáticas con las que nos podemos encontrar:

  • Alopecia
  • Asma o rinitis alérgica
  • Cefalea tensional
  • Disnea o dificultad respiratoria
  • Dolores intensos de cabeza
  • Dolores de espalda
  • Fatiga y debilidad
  • Gases y molestias digestivas
  • Mareos o vértigos
  • Molestias generalizadas (articulaciones, musculatura…)
  • Hipertensión
  • Impotencia y otras disfunciones sexuales
  • Insomnio
  • Intestino irritable
  • Psoriasis y otros problemas dérmicos (acné, dermatitis…)
  • Taquicardia
  • Trastornos cognitivos y algunas demencias
  • Úlceras de estómago
  • Otras

¿ Que causa las enfermedades psicosomáticas?

Como se mencionaba, el principal responsable de su aparición es el malestar a nivel emocional que puede sufrir debido a patologías ocultas como pueden ser la ansiedad, la depresión, el estrés o, incluso, el miedo.

Cuando el estado emocional por el cual está pasando la persona resulta demasiado intensa, el organismo puede llegar a desencadenar numerosas respuestas que pueden mantenerse a lo largo del tiempo si no son gestionadas adecuadamente.

Todo ser humano, de una forma u otra, somatiza todas aquellas experiencias emocionales que se viven. Desgraciadamente, existen personas más vulnerables que otras, personas que son más proclives a que dicha somatización se termine convirtiendo en una enfermedad psicosomática. Las personas más proclives a sufrir este tipo de enfermedades son:

Ansiedad: Quienes tienen tendencia a sufrir ansiedad tienen mayores probabilidad de desarrollar enfermedades psicosomáticas. Cuanta más ansiedad y miedo experimente una persona, mayores probabilidades de desarrollar este tipo de problemas de salud.

Negatividad: Las situaciones por sí mismas no son negativas, pero cuando una persona se mantiene demasiado tiempo enfadada, molesta, triste o resentida pueden provocar grandes daños sobre nuestro organismo y desarrollar toda clase de problemas de salud.

Conflictos no resueltos: La gran mayoría de los conflictos que se pueden presentar en la vida son una clara e importante fuente de estrés, de modo que cuanto más se alarguen en el tiempo, más perjudicial resultará para tu salud. No saber abordar o hacer frente a los conflictos pueden llegar a pasar factura a tu salud.

Culpabilidad: Es normal que, en ocasiones, podamos sentirnos culpables por algo que hemos hecho, pero cuando la culpabilidad que se siente por algo que se hizo en el pasado se considera como un castigo por lo que se hizo, ello puede terminar acarreando grandes problemas para la salud física y mental de la persona.

Hipocondríaco: La constante y obsesiva preocupación de muchas personas por su salud puede llegar a terminar generando síntomas reales en el paciente. Es decir, que el paciente pasa de exagerar el malestar o sufrimiento que tiene a sufrir síntomas reales.

Indecisión: Las personas indecisas, las personas que tienen dificultades para poder tomar decisiones, son mucho más propensas a desarrollar este tipo de enfermedades, sobre todo si las decisiones se aplazan en el tiempo y se quedan sin resolver.

Traumas: Cuando se ha vivido una o varias experiencias traumáticas es muy posible que tengas la tendencia a somatizar todas tus vivencias emocionales. Por ejemplo, abusos sexuales continuados.

Reprimir las emociones: Aquellas personas que tienen la tendencia de reprimir sus emociones serán mucho más proclives a desarrollar enfermedades de tipo psicosomático. Debe tenerse en cuenta que esconder lo que se siente no conseguirá que desaparezca de tu mente. Ello podrá desencadenar que surjan síntomas psicosomáticos.

Existen determinadas enfermedades, como por ejemplo el cáncer, que pueden agravarse debido al estado emocional que tenga el propio paciente.

Las personas que lo sufren deben ser tratadas lo antes posible para evitar males mayores y solicitar ayuda psicológica

Los científicos dan respuestas a las enfermedades psicosomáticas?

Tor D. Wager, profesor de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Colorado Boulder, llevó a cabo un estudio donde dejó patente que las zonas cerebrales que se activan cuando sentimos dolor físico son las mismas que cuando se siente dolor emocional.

Este profesor dejó claro que si el ser humano no es capaz de reconciliarse con su propio dolor interno, con su dolor emocional, se pueden llegar a padecer serios problemas de salud a medio o largo plazo.

Ninguna persona es inmune al sufrimiento, pero ello no significa que sea un signo de debilidad sino más bien una experiencia de la vida que se ha que saber afrontar y de la que hay que aprender diariamente.

¿Que proceso hace que se desarrolle una enfermedad somática?

Para entender con mayor facilidad cuál es el origen de las enfermedades psicosomáticas es preciso comprender el mecanismo de somatización. La somatización expresa los problemas emocionales mediante síntomas físicos, y es que como bien es sabido cerebro y cuerpo mantienen una fluida y continua comunicación.

El cerebro no deja de enviar innumerables señales e instrucciones al cuerpo cada segundo, mientras que, por otro lado, el cuerpo también se encarga de devolver la misma cantidad de señales de regreso al cerebro. Indicar que la somatización expresa síntomas como, por ejemplo, náuseas, dolor de cabeza, tensión muscular o dolor de espalda.

Tratamientos de las enfermedades psicosomáticas más efectivos

Neurofeedback: Con el paso del tiempo ha quedado más que demostrado que el neurofeedback es considerado como uno de los tratamientos más efectivos para tratar este tipo de enfermedades. La neuroterapia viene siendo utilizada desde 1980 en Estados Unidos para combatir problemas como el estrés o la ansiedad.

Los resultados que ofrece se pueden comenzar a notar en muy pocas sesiones. Su efectividad es mayor que la que ofrece la terapia psicológica. Tiene la gran ventaja de que se puede complementar con otros tratamientos para alcanzar una mayor efectividad en los resultados.

No tiene efectos secundarios de ninguna clase.

Terapia psicológica: Por otro lado nos encontramos con la terapia psicológica, el complemento perfecto al neurofeedback, ya que se encargará de acelerar aun más el proceso de recuperación el paciente. Aun así, deberá ser un psicólogo profesional quien se encargue de determinar si al paciente le conviene la terapia psicológica.

Dentro de la terapia psicológica existen diferentes métodos como el Brainspotting, el Mindfulness o el EMDR que han demostrado ofrecer muy buenos resultados, ya que son mucho más efectivas y breves que técnicas o métodos más anticuados.

Contacta con un psicólogo profesional de confianza si crees que tus emociones están afectando negativamente a tu salud. Pedir ayuda es el primer paso para poder salir de esta situación y dejar atrás el dolor, el malestar y el sufrimiento.

Más información de neurofeedback detallada:

¿Qué es neurofeedback?

¿Que es EMDR?

¿Que es brainspotting?

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