La depresión reactiva, también conocida como depresión situacional, es un trastorno del estado de ánimo que se da como respuesta a uno o varios sucesos externos. Se trata de uno de los tipos de depresión más comunes cuando se habla del ámbito clínico.

Las mujeres son más propensas a sufrir este trastorno a lo largo de la vida, pudiendo afectar a un porcentaje que oscila entre el 10 y el 25%. En cambio, en el caso de los hombres dicha cifra oscila entre un 5 y un 12%. Este tipo de problema aparece tras la presencia de una situación, estímulo o condición que provoca gran estrés en la persona.

Algunos de los estresores más habituales son el fallecimiento de un ser querido, una ruptura sentimental, la pérdida del empleo o cualquier otro tipo de situación que pueda provocar una situación de gran estrés y que resulte totalmente incontrolable.

No todos los seres humanos somos iguales ni sabemos hacer frente a los problemas del mismo modo. Y es que para lo que algunas personas tardan en superar tres semanas, otras personas pueden tardan años o incluso no llegar a superarlo nunca si no cuentan con ayuda profesional.

Síntomas típicos de la depresión reactiva

A continuación, encontrarás un listado que recoge los síntomas más comunes en los afectados por depresión reactiva:

• Gran sensación de abatimiento y tristeza tras un evento estresante o trágico
• Focalización en los aspectos negativos de la vida que les envuelven
• Sentimientos de culpabilidad y pensamientos catastróficos
• Incapacidad para poder responsabilizarse de las tareas cotidianas
• Pensamiento mucho más lento de lo habitual
• Pérdida de la energía, incluso para poder levantarse de la cama
• Pérdida de interés y motivación por toda clase de actividades

 

Factores de Riesgo

Existen determinados factores de riesgo que promueven o estimulan la aparición de este tipo de depresión, entre los cuales destacan los siguientes:

• Edad: Suele darse con mayor frecuencia en adultos que rondan los 18 y los 40 años, aunque eso no significa que no pueda presentarse en edades más avanzadas.
• Sexo: Las mujeres suelen ser más propensas a sufrir este trastorno emocional entre los 12 y los 55 años, mientras que a partir de dicha edad suele darse por igual tanto en hombres como en mujeres.
• Genética: Aquellas personas que cuenten con algún familiar de primer grado afectado por depresión cuentan con un mayor número de probabilidades de verse afectado por este problema mental.
• Factores sociales: Determinados tipos de experiencia sociales como podrían llegar a ser la explotación extrema, los abusos, o la privación psicosensorial, entre otros supuestos, pueden ser desencadenantes de este trastorno del estado de ánimo.
• Acontecimientos vitales: Algunos acontecimientos son capaces de alterar las actividades que, por norma general, el individuo lleva a cabo de forma habitual con motivo del aumento del estrés. Dependiendo de las circunstancias del individuo y cada situación, podría llegar a desencadenarse un cuadro depresivo reactivo.
• Otros factores de riesgo: Existen otro tipo de factores de riesgo que también pueden influir en que este trastorno termine apareciendo. Algunos de estos factores de riesgo son la exclusión social, el desempleo, las difíciles condiciones en el trabajo, residir en un hogar inadecuado, entre otras.

Consecuencias de padecer depresión situacional

Padecer depresión situacional puede afectar muy negativamente la vida de una persona. Si bien es cierto que no presenta problemas en la vida tan serios como puede ocurrir en otros trastornos del ánimo, la depresión reactiva puede perjudicar muy notablemente al sujeto afectado. Algunas de las consecuencias más comunes son las siguientes:

Pérdida de relaciones

La falta de motivación para ver a sus seres queridos y disfrutar del tiempo con ello es una reacción que genera que este tipo de pacientes pierdan muchas relaciones con familiares y amigos. Cuando la situación se alarga en el tiempo, las relaciones se deterioran y terminan dándoles de lado.

Incapacidad para las realizar actividades cotidianas

Se trata de uno de los síntomas más comunes, lo cual puede desencadenar graves consecuencias. Este tipo de personas se ven incapaces de realizar cualquier tarea cotidiana, ya que todo les supone un gran esfuerzo. Esta situación puede dar problemas en el trabajo, con la pareja, así como en la propia salud e higiene del paciente.

Aparición de otros desórdenes mentales

Los síntomas y consecuencias generados por este desorden mental pueden terminar provocando el desarrollo de otra clase de trastornos, siendo habitual que los individuos terminen desarrollando depresión mayor reactiva. También pueden surgir otras enfermedades como ansiedad, fobia social o agorafobia.

Intentos de suicidio

En aquellos casos más graves resulta muy común que algunas personas lleguen hasta el punto de intentar quitarse de la vida. No dejan de tener ideas suicidas, así como pensamientos recurrentes sobre la muerte. Acabar con su vida es para ellos la manera de escaparse a los síntomas que padecen.

 

Tratamiento para la depresión reactiva

Ante esta problemática será clave ponerse en manos profesionales cuanto antes para evitar que la depresión siga avanzando y empeorando a medida que transcurre el tiempo.

La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser el tratamiento más exitoso para tratar aquellos pacientes afectados por depresión reactiva.

Lo ideal para conseguir unos resultados óptimos es combinar la terapia cognitivo-conductual con técnicas avanzadas de la psicología moderna como, por ejemplo, el Neurofeedback y el EMDR. De este modo, no solo se logrará una mayor eficacia en todo el proceso de tratamiento, sino que los resultados se observarán mucho más rápidamente.

Un alto porcentaje de los pacientes responde muy positivamente a este tratamiento psicológico, ya que no solo permite abordar el problema desde la raíz, sino que permite que el paciente pueda contar con los recursos y herramientas clave para sobrellevar y hacer frente a este trastorno.

 

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