La tricofagia se conoce como la necesidad de comer pelos propios o de otras personas de forma compulsiva e incontrolada. Desde un punto de vista psicológico, la tricofagia se considera un trastorno de conducta, específicamente dentro de los trastornos de control de impulsos o de los trastornos obsesivos compulsivos (Borges, 2007).

Normalmente se ingiere el cabello de la cabeza, pero hay casos en los que pueden utilizar pelos de otras zonas del cuerpo como: las cejas, pestañas, piernas, entre otras, incluso pelos de animales, peluches, alfombras. Por lo general estas personas tienen una especie de rito antes de ingerir el pelo; juegan con él, lo pasan por los labios, lo saborean, lo arrancan y luego lo tragan (Borges, 2007).

Esta conducta suele darse en cualquier momento, incrementando su frecuencia cuando la persona se encuentra sometida a situaciones estresantes. Suele presentarse mayormente en mujeres, encontrándose una totalidad de 90% de los casos en mujeres con edades entre 9 y 13 años (Borges, 2007; Prasanna y Cols, 2013).

Signos y síntomas DE tricofagia  (Loja y Cols, 2003)

  • Ingesta de pelos gradual o progresiva
  • Nauseas con vómitos esporádicos
  • Ansiedad
  • Debilidad del pelo por el constante desgarro
  • Zonas sin cabello o pelo (alopecia)
  • Irritaciones en el cuero cabelludo
  • Negación en cuanto al padecimiento del trastorno
  • Sensación de saciedad precoz

Causas de la tricofagia

Aunque no existe una causa específica de la tricofagia, se ha encontrado que determinadas alteraciones afectivas y un entorno familiar disfuncional pueden estar altamente relacionadas con el desarrollo de este trastorno. Existen autores que consideran la tricofagia como una consecuencia de la tricotilomania, la cual implica una necesidad compulsiva de arrancar los pelos. También se ha encontrado una relación directa con la depresión y la ansiedad (Borges, 2007).

Consecuencias de la tricofagia

Las recurrencias de los rituales compulsivos, en este caso la ingesta de pelos o cabellos de forma incontrolada, implican serias dificultades en el comportamiento cotidiano de las personas, entre ellas, niveles de tensión elevada, calvicie, irritaciones en la piel por el constante rasgado,  sentimiento de rechazo y culpabilidad sobre la persona misma, aislamiento social, problemas laborales y familiares, entre otras (Prasanna y Cols, 2013).

Adicional a ello, una de las consecuencias más graves es la formación de tricobezoares o bolas de pelo en el estómago, ya que el pelo no puede ser digerido por su naturaleza resbaladiza y su atrapamiento dentro de los pliegues gástricos,  enredándose entre sí y con otros materiales no digeribles, tomando posteriormente la forma del estómago. En consecuencia, se pueden observar una serie manifestaciones clínicas graves como la oclusión (cierre o estrechamiento de las vías intestinales), perforación o ulceración del tracto digestivo (Prasanna y Cols, 2013).

Estas bolas de pelo pueden llegar a extenderse hacia el intestino delgado y provocar una afección conocida como síndrome de Rapunzel, un trastorno que provoca complicaciones como obstrucción intestinal, sangrado, desnutrición, entre otros. (Prasanna y Cols, 2013; Loja y Cols, 2003).

Tratamiento de tricofagia

Tratamiento farmacológico de tricofagia

Los fármacos han sido altamente útiles en la reducción de la sintomatología de trastornos de control de impulsos, específicamente en la tricofagia. Los medicamentos que normalmente se emplean son los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina como: la sertralina, fluvoxamina y fluoxetina. A pesar de la eficacia de los medicamentos  , estudios demuestran que la combinación de la terapia psicológica y farmacológica pueden otorgar mayores beneficios (Vallejo, 2001).

 

Tratamiento cognitivo-conductual para tricofagia

El abordaje de este trastorno desde la perspectiva cognitivo-conductual ha tenido grandes resultados, teniendo en cuenta que este modelo sostiene que los pensamientos influyen en las emociones y la conducta. Destaca la importancia del papel de los pensamientos, concretamente de cómo interpretan y valoran los pacientes los pensamientos intrusivos y obsesivos. Es por ello que las estrategias empleadas desde este enfoque buscan cambios a nivel cognitivo (pensamientos) que conlleva de forma directa un cambio de conducta (Beck, 1995). Las técnicas a utilizar son:

  • Detención de pensamiento: Esta estrategia está actualmente indicada para el tratamiento de los trastornos de naturaleza claramente ansiógena tales como fobias, cuadros obsesivo-compulsivos, entre otros. Con esta técnica se busca que el paciente logre detener los pensamientos negativos que se dan ante una determinada situación y que conllevan a la aparición de la conducta problema (comer pelos) (Beck, 1995).
  • Autoregistro: Es una técnica básica de autocontrol donde el paciente observa y registra su propia conducta. Esta técnica tiene efectos reactivos, es decir el acto de autoregistrarse tiene un efecto sobre la conducta que se está registrando. Normalmente las conductas deseadas aumentan y las no deseadas disminuyen cuando son registradas. De esta forma se busca que el individuo tome conciencia de la frecuencia con que ingiere pelos o cabellos, y que posteriormente aprenda a emplear una respuesta contraria (Caballo, 1991).
  • Relajación: El entrenamiento en relajación se describe como un medio de aprender a relajar la tensión cuando y donde aparezca. Normalmente se comienza con un entrenamiento en relajación progresiva hasta que el paciente domine la técnica. Se considera pertinente esta estrategia por los niveles de tensión que implica este trastorno. De esta manera el paciente puede tener control sobre su propio cuerpo (Caballo, 1991).
  • Desensibilización sistemática: Esta dirigida al alivio de la ansiedad. Implica igualar la relajación de los músculos con escenas imaginadas que representen situaciones generadoras de ansiedad para el paciente, de esta manera la situación en la vida real ya no causará tanta incomodidad. Mediante esta técnica se busca que el paciente identifique y afronte de forma adecuada las situaciones generadoras de ansiedad, sustituyendo un tipo de respuesta (ansiedad) por otro (relajación) (Rimm y Masters 1981).
  • Biofeedback: Busca aplicar la técnicas operantes al aprendizaje de funciones autonómicas y viscerales con fines terapéuticos en trastornos psicosomáticos. Se define como un conjunto de procedimientos cuyo fin es posibilitar al sujeto información fisiológica de interés, y que pueda terminar modificando ésta de forma voluntaria, sin mediación química, mecánica o electrónica (Conde y Menéndez, 2002).
tricotilomanía tricofagia y el síndrome de rapunzel

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