Agorafobia

La agorafobia se relaciona con temor a espacios abiertos que pueden aglomerar gente.

Cuando se habla de la agorafobia se está hablando de un trastorno de la ansiedad que se presenta en aquellas situaciones en las que la persona afectada por el mismo considera que no se encuentra en un lugar o situación segura para poder recibir ayuda o escapar ante un ataque de pánico que se presente inesperadamente.

En otras palabras, se trata de un gran miedo y angustia al encontrarse en aquellos espacios o entornos en los que se sientan vulnerables y desprotegidas ante una crisis de ansiedad que no sean capaces de controlar. Podría decirse que las personas con agorafobia sienten un gran miedo al miedo.

La agorafobia es un trastorno que se alimenta básicamente de todas aquellas situaciones desagradables que se dan ante cualquier crisis de ansiedad, ya que la persona se ve incapaz de poder mantener el control de sus actos ante este tipo de situaciones. Debe tenerse claro que el miedo que se produce no es a los grandes espacios en sí mismo, sino a la pérdida de control y el malestar que ello ocasionaría en ese momento.

Las personas que padecen agorafobia puede llegar a sufrir una serie de respuestas fisiológicas o emociones que podrán variar en función de los ataques de pánico que pueda sufrir el afectado. Dichos síntomas aparecen súbitamente de manera inesperada y comienzan a aumentar de manera rápida, provocando que la persona sufra un estado emocional agudo.

Entre los síntomas más comunes pueden darse los citados a continuación:

1) Taquicardia (frecuencia cardíaca acelerada)

2) Calores, sofocos y sudores

3) Temblores

4) Palidez

5) Sensación de irrealidad

6) Hiperventilación, ahogo o falta de aire

7) Vértigos y mareos

8) Sensación de evacuar u orinar

9) Ráfagas de calor y/o frío

10) Opresión o dolor en el pecho

11) Astenia (fatiga o cansancio)

12) Dificultades para tragar y náuseas

13) Sensaciones que resultan extrañas en el estómago

14) Pinchazos, entumecimiento, calambres, tensión y pérdida de sensibilidad

Sintomas de la agorafobia

Estos son los principales síntomas que una persona con agorafobia puede experimentar

durante sus ataques de ansiedad, de modo que puede comprobarse que las personas pueden pasarlo verdaderamente mal experimentando miedo a que se produzca una crisis de ansiedad en un lugar determinado.

Pensamientos negativos o catastróficos en la agorafobia

Como se decía, cada persona puede experimentar una serie de respuestas fisiológicas cuando se dan sus ataques de pánico y, en estos casos, la persona buscará de manera desesperada e inmediata ayuda para poder salir cuanto antes de dicha situación, o bien para poder disminuir las emociones que está experimentando.

Los pensamientos negativos y catastróficos provocan que las respuestas fisiológicas que experimenta la persona aumenten de manera considerable, generando que la ansiedad se termine convirtiendo en pánico, afectando a la estabilidad emocional de la persona, quien se siente totalmente fuera de control.

Los pensamientos negativos o catastróficos suelen surgir de manera automática, de la nada, por mucho que la persona que sufre agorafobia se esfuerce por evitar que los mismos aparezcan, dando lugar a una importante aumento de la respuesta fisiológica del paciente.

Cuanto más agudas resulten las respuestas fisiológicas, más común será que aparezca el miedo a:

Asfixiarse o ahogarse:

El miedo a morir asfixiado o ahogado es muy frecuente, pero nada más lejos de la realidad, ya que ante un ataque de pánico el nivel de oxígeno que llega al organismo es aún más elevado a lo normal, lo que curiosamente produce sensación de ahogo o asfixia en la persona afectada.

La respiración se vuelve más rápida y profunda, pudiendo caer en un estado de hiperventilación. Las técnicas de respiración y relajación pueden ser muy útiles para que la persona se calme y comience a respirar pausadamente nuevamente.

Desmayarse:

Se trata de un miedo muy habitual en las personas con agorafobia, ya que aquellas personas que perciben síntomas como debilidad, mareos, piernas flojas o vértigos tienen un profundo miedo a desmayarse en ese instante o perder la consciencia si se da un ataque de pánico.

Debe señalarse que cuando se produce un ataque de pánico el corazón late con más rapidez y fuerza, lo cual incrementa la presión, por lo que desmayarse resulta muy difícil.

Perder el control o volverse loco:

Dicha creencia o pensamiento surge con motivo de que la persona afectada perciba diferentes tipos de anomalías, como pueden ser tener sensaciones de irrealidad, ver lucecitas vagas, tener la visión borrosa o bien que se repitan pensamientos de tener la necesidad de huir o escapar del lugar.

En estos casos, lo peor que puede suceder es que la persona huya voluntaria y conscientemente a un lugar seguro, lo que significa que no habrá nada por lo que preocuparse, ya que serán los músculos de nuestro organismo los que sabrán todo lo que deben hacer en cada momento.

Miedo al miedo:

Cuando la persona ya ha sufrido otros ataques de pánico/ansiedad, aparece el miedo al miedo, es decir, el miedo a sufrir otro nuevo ataque, así como que el mismo siga y no se detenga.

Debe destacarse que los ataques de pánico solamente durarán unos pocos minutos, incluso sin conocer ninguna técnica para su control, por lo que los síntomas no permanecerán largo tiempo y desaparecerán en poco tiempo.

Por norma general, la persona que suele sufrir de agorafobia probablemente haya sufrido en su propia piel alguna experiencia que le haya resultado negativa. Los factores de riesgos más habituales son aquellos episodios que se encuentren directamente relacionados con los niveles de pánico de gran intensidad o los eventos estresantes, dentro de los cuales pueden incluirse el abuso físico o sexual que haya tenido lugar durante la infancia.

Es importante señalar que no es raro que este trastorno de la ansiedad suela venir acompañado por otro tipo de fobias como la claustrofobia (fobia a los lugares cerrados), enoclofobia (fobia a estar rodeado de gente), anuptafobia (fobia a estar o quedarse solo/a), acrofobia (fobia a la alturas), entre otras muchas fobias.

Tal y como se ha podido comprobar, el clásico tratamiento cognitivo-conductual añadiendo las técnicas avanzadas de la psicología moderna ,brainspotting ,emdr y la realidad virtual han demostrado ofrecer unos resultados muy exitosos en comparación a otros tratamientos utilizados con este tipo de pacientes. Gradualmente lograra bajar todos los síntomas negativos en todas aquellas situaciones que suelen generar los problemas de ansiedad o ataques de pánico,estos tratamientos están avalados científicamente y tenemos experiencia con otros muchos pacientes agorafóbicos.

En otras palabras, la clave para poder superar la agorafobia se encuentra en enfrentarse a

aquellas situaciones que generan ansiedad a la persona pero una vez que estamos desbloqueados será mucho más fácil ,si un psicólogo de calidad nos guía podremos lograrlo seguro, pero siempre de manera progresiva, pudiendo recuperarse de manera gradual pero continua. La ayuda de un psicólogo para poder superar este problema es esencial durante todo el proceso de recuperación.

En el caso de que quiera recuperarse pero no pueda acudir a la consulta de su psicólogo físicamente se le recomienda hacer terapia online por videoconferencia, para que sea mucho más fácil acceder al tratamiento al paciente,con los beneficios que tiene poder tratarse lo antes posible y más adelante si puede salir a la calle poder ir a la consulta físicamente.